Cesto compartido
Pegui fue una gatita linda, clarita, con sus ojos de cielo, pero por algún motivo psicológico que no conocemos, por una esterilización temprana, depresión o lo que fuese, desarrolló un afán por la comida que la convirtió en una gata obesa. Tenía un hermano querido, Pego, que con el tiempo y por solidaridad, también fue un gato gordo, creo que juntos fueron felices, pero una mañana, Pego no estaba en su lugar acostumbrado y nunca más volvimos a verlo. Pegui se adaptó y siguió con su vida tranquila, le tuvimos que quitar sus estropeados dientes y adelgazó. En los últimos tiempos compartía cesto, a modo de geriátrico con Goldi y Yaky. Se movían poco y si había sol, las sacaba un ratito a la terraza.
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