viernes, 30 de diciembre de 2016

Cómo tener una vida larga y feliz

Pegui pasó un día de Navidad nerviosa, ilusamente creímos que estaba mejor porque se movía más de lo habitual, sin embargo la mañana del 26, la encontramos fría, cerca del cesto donde se acomodaban las tres.
Como hacía un bonito y soleado día, saqué a Yaky y Goldi para aprovechar el calorcito del mediodía. Luego ví a Goldi atravesar la terraza y llegar a la escalera, pensé que había mejorado porque no creía que pudiera moverse así.
Un rato después no estaba y pensé que se había acomodado en algún rinconcito, más tarde metí a Yaky dentro en su cestito compartido y busqué a Goldi. Sin resultado, se había escondido tan bien que no pude encontrarla, la llamé y por primera vez, no acudió.
No he vuelto a verla, era escandalosa y chillona, pero se fue en silencio, sin llamar la atención de nadie, cosa que había hecho habitualmente durante sus 17 años. Era una gata independiente, poco cariñosa, pero amable y respondona, fuerte y segura, que tuvo una vida agradable sin sufrimientos ni sobresaltos, que no salía a la calle porque disfrutaba de su casa y del verde salvaje que nos rodea. 

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