sábado, 7 de noviembre de 2015

Florecer en Noviembre

No sería justo desaprovechar esta soleada mañana de Noviembre llorando por las estrellas que ya no hay, cuando luce un Sol radiante y la Gonita está cada día más hermosa, emulando a Briseida en belleza y a Kenchu en encanto. Hay demasiadas tragedias griegas y Antígona es una de las malditas, pero los griegos siguen superando la crisis del siglo XXI, como superaron tantas otras y esa ingrata Europa a quién han dado hasta su nombre, no conseguirá abatir una fortaleza que como el Ave Fénix, renace de sus cenizas.
Hace 4 meses que encontramos a nuestra Antígona y no sabíamos si sería demasiado tarde, si viviría y si sus ojos enfermos recuperarían la luz. Ella hizo lo que pudo, gritar desesperadamente al cielo, al universo o a la Providencia. Como hacemos en los momentos difíciles, pedimos un milagro y casi siempre, aparece la ayuda. Y el dolor, se convierte en esperanza.Y la esperanza finalmente en realidad.
La serenidad inunda la mente, como ese mar plateado, tranquilo y sin olas, que me quise traer este verano, para sacar y volver a contemplar en los días fríos y desapacibles. Hoy no hace falta tanta imaginación, el día es bonito, es un sábado en el que se oye el canto de los pájaros en los árboles de hojas doradas y mi gata más joven ronronea feliz.

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