domingo, 13 de octubre de 2013

Honradez, justicia y solidaridad

La verdadera felicidad, consistía en trabajar mucho y vivir frugalmente. Habían trabajado mucho, pero los únicos animales que se habían enriquecido eran los cerdos y los perros. No era que estos no trabajasen a su manera.Tenían un sinfín de labores en la supervisión y organización de la Granja. Los cerdos hacían un gran esfuerzo cada día, con unas cosas misteriosas como ficheros, informes, actas y ponencias. Los perros eran los guardianes y también eran imprescindibles, sobre todo para hacer cumplir las leyes de los cerdos. Ambos colectivos no producían nada, pero eran muchos y siempre tenían buen apetito.
Este fragmento corresponde a Rebelión en la Granja de
GEORGE ORWELL, seudónimo de Eric Arthur Blair, (India,1903-Reino Unido,1950) Muy idealista en su juventud, luchó por todas las causas que consideraba justas, en el campo de batalla y más tarde con sus escritos en diarios o sus libros, en ocasiones difíciles de publicar, como esta sátira del stalinismo. Era lo que él denunciaba en aquel 1945, pero el mensaje es tan universal y actual, que sigue siendo un extraordinario análisis de la corrupción que engendra el poder. Si cambiamos a los cerdos y perros -pobrecitos ellos que son inocentes- por políticos y banqueros, menos inocentes, a pesar de nuestra libertad de prensa y libertad para elegir a quién te gobierna, estamos casi en el mismo punto. Unos arriba y otros abajo. Cuando todos, en la novela y en nuestra sociedad actual, comienzan por promesas de honradez, justicia y solidaridad.

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