lunes, 9 de septiembre de 2013

Casas y espíritualidad

Es una bonita casa, bueno, preciosa, grande, con estilo de palacete. Y realmente no sé quien la habita...pero aparece asomado un joven gatito. No puedo resistir hacerle la foto. Luego veo la leyenda: CASA DE ESPIRITUALIDAD. Como Assimov, tampoco podría definir bien el sentido de la palabra, pero me parece satisfactoria, elevada, mística y por supuesto totalmente adecuada para gatos. Porque hay más...pasadas dos horas vuelvo por el mismo paseo y centro mi atención en la hermosa casa de espiritualidad y el gatito que hay ahora es de color naranja, más mayor, pero totalmente tranquilo. Como debe ser en un lugar así, supongo que de meditación y ya se sabe, meditar con gatos es de lo mejor.
Sirve para olvidar las despectivas palabras del periódico El País cuando habla del sitio en el que vives, como pueblo de chalés y casas a medio construir, de ideología facha, miedo a decir lo que se piensa y otros excesos.
La persona que ha escrito esto sólo demuestra su gran ignorancia sobre este bonito pueblo, de estupendas casas y a medias cuando te la estás haciendo y aún no la has acabado de construir, claro. De libertad, no hablamos, la de cada uno acaba donde empieza la de los demás. Y excesos...el mayor exceso de las fiestas es el encierro. Divertirse maltratando animales es lo peor de estas fiestas, como en tantos otros pueblos y por eso nadie se rasga las vestiduras...o a lo mejor es que eso no interesa a algunos periodistas.

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