domingo, 20 de enero de 2013

La virtud intelectual


Dentro de unos días, el 28, los universitarios celebran la fiesta de Tomás de Aquino, la mayoría saben que es fiesta, pero no saben quién fue, ni cuando vivió ni lo que hizo para merecer tal honor. Algunos quizá lo recuerden de la historia de la filosofía, parece que algo se le estudia como filósofo y sobre todo teólogo. Nació hacia 1225 en Lacio (Italia) y cuando pienso en aquella época, imagino el trabajo en los monasterios: un puñado,-grande- de hombres y jóvenes que dedicaban su vida a rezar a su Dios y a transmitir la cultura por medio de los libros que copiaban y traducian. Puede que se les escapase alguno por ser contrario a su fe, pero creo que eran personas muy inteligentes y hacían una labor encomiable. Tomás perteneció a los Predicadores, además estudió en la universidad de Nápoles y profundizó en los clásicos griegos, principalemente Platón y Aristóteles, tratando de unificar las creencias cristianas con aquella filosofía y la teología tan importante en su tiempo. Escribió y trabajó mucho en sus tesis principales llamadas Summas, la Summa Teológica es la más conocida. Decía que la Sabiduría, la Ciencia y el Entendimiento, eran virtudes intelectuales. Cosas del lenguaje de la época, cuando la virtud era algo maravilloso a lo que aspirar, sobretodo en un monasterio, hoy es una palabra que casi no se usa, quizá si eres un músico excelente...

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