Puede ser la más sencilla,
la más antigua, incluso la más barata,
pero es la comida de consolación
la que trae recuerdos de infancia
como la magdalena de Proust.
Y aunque en algún momento la cambies por otra
gourmet, más fashion o carísima...
Recuerda que la comida de mamá estará aquí
esperando el retorno, si quieres.
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