pero ya no es un vagabundo.
Tiene tiempo para acicalarse
para tener hermoso su pelo,
blanco, suave, gris, de seda.
Mirada verde de lince,
salvaje y libre, más libre
que tú y que yo.
Grato y afable, confía y vigila.
La vida es dura y la suerte muda.
Lo sabe y atrapa el momento,
duerme feliz sin bajar la guardia,
la lucha continúa y él es
un guerrero con experiencia.
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