Tres días y unos meses
El nombre de Franklin parecía que le quedaba bien, pero por alguna razón no terminaba de adaptarse, había algo raro, algo diferente y extraño. Era un gatito pequeño y juguetón, pero no tanto, comía a todas horas…y engordó. De una manera peculiar, poniéndose cada día más guapa, con sus grandes ojos cada día más expresivos fue sacándonos del error y se convirtió en Mini, la madre más chiquitita que he visto. También parecía, desde su pequeño tamaño, y desde su corta vida, supongo, incapaz de llevar a cabo tan ardua tarea, pero la naturaleza es más sabia y tengo que reconocer mis equivocaciones, las cosas no siempre son lo que parecen y a veces las sorpresas, pueden ser muy agradables.
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