sábado, 17 de mayo de 2008

Franklin es un bonito nombre

Fue en esa época cuando concebí el arduo y atrevido proyecto de acceder a la perfección moral. Deseaba vivir sin cometer ninguna falta. Conquistaría todo lo que la inclinación natural, la costumbre y las compañías me pudieran arrebatar. Como ya sabía, o pensaba que sabía, lo que era bueno o malo, no veía porqué no podría siempre hacer lo uno y evitar lo otro. Pero pronto medí cuenta de que había emprendido una tarea mucho más complicada de lo que yo imaginaba. Mientras mi atención se ocupaba de evitar una falta, no tardaba otra en salirme al encuentro. Al final llegué a la conclusión de que el interés de ser virtuoso, no era suficiente, también había que luchar contra los deslices y malos hábitos, era más difícil de lo que creía adquirir una conducta, firme, recta y uniforme. BENJAMIN FRANKLIN, escribía esto antes de los treinta años, hacia 1728. Era un hombre austero y trabajador que vivió el nacimiento de los Estados Unidos y ayudó a redactar la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. Era un gran amante de los libros, en los que descubrió todo el saber conocido hasta entonces, que unido a su personalidad inteligente e inquieta le convirtieron en un buen inventor,escritor, científico y hasta filósofo. En España solo nos contaron que inventó el pararrayos, pero es una interesante personalidad del siglo XVIII, aún por descubrir para muchos, y con unas normas de vida que hoy nos hacen mucha falta. El párrafo anterior me recuerda a quién con 18 años quería que su vida fuese absolutamente sincera, sin hipocresía. No voy a contar en qué quedo tanta sinceridad...

domingo, 11 de mayo de 2008

Busco una familia, tengo dos meses y soy muy cariñoso

Hoy me levanté y al abrir la puerta me sentí como la superiora de un convento, no como la hermana portera, que podía haber sido, pero no, fue como la superiora de aquellos conventos que con torno o sin él, recibían bebés, no se sabe de donde ni de quién. A veces era de una mujer de alta cuna que su entorno de nobleza y oropel, no le permitía quedarse con aquel ser que alguien envolvía en lindos ropajes y con un pequeño talismán de oro, –por si en algún momento la criatura podía ser recuperada y vuelta al lugar que le correspondía- quedaba al amparo de aquellas mujeres. Admirables por su vida entregada a servir a un Dios de quien nadie certifica su existencia y a los demás, que somos por lo general desagradecidos. Otras veces el abandonado era fruto del amor prohibido entre una campesina, molinera, sirvienta, o cualquier tipo de trabajadora, hermosa, alegre y con ganas de comerse el mundo, pero la mayor o menor nobleza de su galán la habían llevado a tener que confiar en la buena fe de las monjitas, en este caso la envoltura era ordinaria, pero no por ello menos amado ni menos dolorosa la separación . Después las religiosas buscaban una casa donde acomodar a estos pequeños, donde fuesen queridos y apreciados. Menos mal que no he encontrado ningún bebé,-creo que hoy en día están muy cotizados-, sino un pequeñito felino bastante desamparado, que se ha arrimado a mí ronroneando, con carita de pena y que ahora busca a alguien que lo quiera y lo trate como se merece un precioso gatito como él. Me gustaría que se quedara , pero ya somos demasiados y es mejor para todos una casa donde lo cuiden.