lunes, 25 de febrero de 2008

Serenidad y satisfacción

Dame el espléndido sol silencioso con todos sus rayos deslumbradores, Dame la jugosa fruta otoñal, madura y roja, de la huerta, Dame en la madrugada un jardín oloroso de bellas flores en el que pueda pasear tranquilo, Dame en matrimonio una mujer de aliento puro, de quien nunca me canse, Dame un hijo perfecto; dame, lejos del ruido del mundo, una vida doméstica en el campo, Dame los animales que se mueven serenos, enseñándonos la satisfacción. WALT WHITMAN nació en 1819 cerca de Nueva York y es un escritor totalmente autodidacta, que aprendió sólo a escribir una poesía innovadora en su época, intensamente personal, alegre, mientras completaba su formación con lecturas clásicas y renacentistas, en sus diversos trabajos y en sus ratos libres, entre las rocas de su isla nativa contaba. Estas frases pertenecen a un poema de Hojas de Hierba ,maravilloso para leer a los veinte años, cuando han pasado otros veinte o como dicen los franceses a los quatre-vingts. Siempre es un placer leer a Whitman.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Para estar cómoda

verdaderamente cómoda

¡Ah, no hay nada como quedarse en casa para estar verdaderamente cómoda! …entraba a menudo para cuidar de sus plantas o siempre que deseaba coger uno de sus libros. Allí podía refugiarse, hallando inmediato consuelo en alguna ocupación 0 con los mismos objetos de los que se veía rodeada. Sus plantas, sus libros (que se había dedicado a coleccionar con afán desde el primer momento en que pudo disponer de un chelín), su mesita escritorio, sus labores caritativas e ingeniosas... todo lo tenía allí a su alcance y cuando no se sentía en disposición de ocuparse en algo, cuando su ánimo sólo la predisponía al ensueño y a la contemplación, apenas podía mirar un objeto en aquel recinto que no suscitara en ella la evocación interesante de algún hecho ocurrido en aquel mismo sitio. Todo le era amigo . El recinto le era sumamente querido .
JANE AUSTEN 1775- 1817 , inglesa, nació en una rectoría y empezó a escribir a los quince años, narraciones deliciosas, que eran como las telenovelas de entonces (como algunas telenovelas buenas, que también las hay). Las frases anteriores corresponden a Mansfield Park de la que Vladimir Nabokov dice que es la obra de una dama y el juego de una niña. Pero de ese costurero sale una labor exquisita y artística, y esa niña posee una vena poética asombrosa y genial. Con esta crítica me va a faltar tiempo para buscar todas las novelas que aún no he leído de Jane, sin hacer trampa con las películas, pues aunque las protagonicen Hugh Grant o Gwyneth Paltrolw, no es comparable a su lectura.