Hijo, que tus actividades no sean sobre muchas cosas.
Si las multiplicas, no te verás libre de falta.
Si las persigues, no las alcanzarás.
Y no las podrás evitar con la huida.
Hay quién trabaja, se fatiga y se apresura,
Y tanto más desprovisto se ve.
Eclesiástico 11,11.
Esto me recuerda a Henry David Thoreau en WALDEN,
“Un hombre honrado no necesita sino contar sus diez dedos y, en los casos extremos, añadir los diez dedos de los pies, y dejar el resto.
¡Sencillez! Os digo que vuestros asuntos sean dos o tres y no cien mil; en lugar de un millón, contad media docena y llevad las cuentas con la uña del pulgar”.
Sabias palabras que olvidamos con facilidad.
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